tag:blogger.com,1999:blog-900520704743868193.post456685746835660385..comments2024-03-07T22:58:26.050+00:00Comments on El laberinto de la identidad: El yo que se engañaFernando Broncanohttp://www.blogger.com/profile/11429418531791789721noreply@blogger.comBlogger3125tag:blogger.com,1999:blog-900520704743868193.post-20053249954011215202015-02-26T08:52:28.239+00:002015-02-26T08:52:28.239+00:00 Me llama la atención lo que dice el artículo sobr... Me llama la atención lo que dice el artículo sobre Sartre ya que este afirmaba que la conciencia es espontaneidad, otra cosa es, claro, que él fuera capaz de ser espontáneo. También en la correspondencia de Arendt, al menos en la que se conoce, fueron más las veces que defendió a Heidegger (incluso ante Jaspers y ante alguno de la E. de Frankfurt, como Adorno) que las que lo criticó, aunque fuera consciente de su deslealtad, su incapacidad para correr riesgos; en ese sentido él no irrumpió, estaba bien asentado y, cuando todo cambió, le importaba más salvar su imagen que mostrar su verdadera actitud, el tiempo se volvió juez histórico, encontró otra Selva. Buscar la mirada de “el otro” como un colectivo es desnudarse al estilo del emperador del cuento de Andersen, eso es el engaño y el autoengaño, convertirse en simple credencial.<br /> Del pensamiento de Heidegger me sigue gustando mucho su análisis del arte como lucha entre Tierra y Mundo, algo que se oculta y algo que se muestra.<br /> Lo mismo pasa con el “yo”; qué nos define: ¿un nombre, una profesión, una foto, los carnets, las posesiones, la carta astral, las huellas dactilares, el ADN, la lista de defectos y virtudes, de destrezas y torpezas…? ¿Basta con no mentir para desvelarlo?<br /> Creo que la espontaneidad es confiar en lo instintivo y lo emocional, el motor de los verbos. Entre el espacio y el tiempo se sitúa el horizonte de sucesos, “irrumpir” en él es la acción de un intruso que sencillamente ve desde dentro aunque sólo sea para darse cuenta de que está fuera. Esa visión de paralaje nos define por lo que sentimos y por la mirada que buscamos.<br />marisahttps://www.blogger.com/profile/13046866346682032919noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-900520704743868193.post-69453388382051461592015-02-25T18:50:51.138+00:002015-02-25T18:50:51.138+00:00Siempre he pensado que la mirada del otro es la pa...Siempre he pensado que la mirada del otro es la pantalla sobre la que proyectamos la nuestra propia (y con ella nuestros miedos, deseos, temores....) Miramos la mirada del otro porque sabemos que es por ahí por donde puede descubrírsenos, y ello nos espanta, nos atemoriza. Hay quienes ni siquiera se atreven a mirar a los ojos, y otros que no saben apartar su mirada de sí mismos. El autoengaño, decía Sartre, presupone saber la verdad de sí mismo. Muy sugerente la entrada.David Porcel Diestehttps://www.blogger.com/profile/01800307307869605733noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-900520704743868193.post-83370802051893649432015-02-22T20:17:16.966+00:002015-02-22T20:17:16.966+00:00Las poses siempre lo son espaciotemporales, como t...Las poses siempre lo son espaciotemporales, como todo engaño. Pretensión de engaño ajeno que lleva oculto el autoengaño. ¿La espontaneidad resulta difícil o resulta imposible en la historia personal? Precisamente porque nos construimos ensayando versiones gratificantes (para uno mismo) del yo. No hay un núcleo duro que pueda manifestarse, luego ¿hasta dónde llega el engaño?<br />SaludosM. A. Velasco Leónhttps://www.blogger.com/profile/08441999730180012117noreply@blogger.com