Cuando pensamos en el arte lo hacemos habitualmente con los conceptos y los ojos del turista de museos que ha repasado y repisado muchos pasillos llenos de obras maestras, o con los ojos y conceptos del que ha leído las obras que las editoriales de los tiempos modernos han tenido a bien ofrecernos. Estos días, pensando sobre la cultura material, sobre el modo en el que nos instalamos en un horizonte de posibilidades, en un paisaje poblado de objetos, me encuentro con un sorprendente artículo de un arqueólogo cultural titulado "Gente en objetos: la individualidad y lo cotidiano en la cultura material de la guerra". Recoge, cataloga, explica e ilumina los humildes objetos artísticos que elaboraron los soldados en las trincheras de la Primera Guerra Mundial: marcos de cuadros hechos con hojas de robles, esculturas o lámparas hechas con cartuchos de obús tallados, una cruz con una bala rebotada, ....
Comenzamos a saber ahora de la vida cotidiana en la Primera Guerra Mundial, y no sólo por las obras épicas de Hemmingway sino por una creciente literatura que nace de una nueva forma de mirar a un horror que no cesó en todo el siglo pasado, pero que fue en parte inventado en aquella guerra: una guerra que se hizo total, una industria de muerte y pútrido patriotismo que continuó sin apenas discontinuidad en la guerra civil rusa, en la casi guerra civil alemana y el nazismo, etc. Nada fue ya igual desde aquella guerra. En aquellas trincheras de muerte y miasma la vida se hizo sitio rehaciendo de los instrumentos de guerra esos gritos congelados que Nicholas Sannders se ha molestado en estudiar. La voluntad estética creció como forma de subsistencia allí donde toda vida era imposible.
Warhol volvió sus ojos al kitsch para resaltad su lugar estético. Lo hizo en medio de una ola que había comenzado con el grupo Fluxus, que se coordinaba con el situacionismo y con las ideas de Debord. Pero el kitsch puede tener una lectura más antropológica que la de la gran historia del arte.
La wikipedia define así el kitsch:
Otra palabra alemana kitsch está asociada al verbo kitschen, que significaba ‘barrer mugre de la calle’. El kitsch apelaba a un gusto vulgar de la nueva y adinerada burguesía de Múnich que pensaba, como muchos nuevos ricos, que podían alcanzar el status que envidiaban a la clase tradicional de las élites culturales copiando las características más evidentes de sus hábitos culturales.
Lo kitsch empezó a ser definido como un objeto estético empobrecido con mala manufactura, significando más la identificación del consumidor con un nuevo status social y menos con una respuesta estética genuina. Lo kitsch era considerado estéticamente empobrecido y moralmente dudoso. El sacrificio de una vida estética convertida en pantomima, usualmente, aunque no siempre, con el interés de señalar un status social.
El kitsch de los pobres soldados de las trincheras de Verdún manifiesta una voluntad de transformar el mundo que está más allá o más abajo de la voluntad estética. Me pregunto si no deberíamos olvidarnos de la historia del arte a veces para mirar con más cuidado al arte de la historia.
PD: encuentro otro artículo sobre cómo los reclusos de una cárcel de Nueva Guinea usan el tabaco, el fumar en la interminable vida de la celda, como un modo de pensar y un modo de construir relaciones. Entre el tabaco del recluso y las tallas del soldado hay una secreta veta de vida que nos habla de la existencia en tierra hostil, cuando los objetos se convierten en luces en el bosque oscuro.
La filosofía (del latin philosophĭa, y éste del griego antiguo φιλοσοφία, 'amor por la sabiduría') es el estudio de una variedad de problemas fundamentales acerca de cuestiones como la existencia, el conocimiento, la verdad, la moral, la belleza, la mente y el lenguaje. Al abordar estos problemas, la filosofía se distingue del misticismo, la mitología y ciertas formas de religión por su énfasis en los argumentos racionales, y de la ciencia porque generalmente lleva adelante sus investigaciones de una manera no empírica, sea mediante la especulación, el análisis conceptual, los experimentos mentales u otros métodos a priori
ResponderEliminarQué interesante, me ha encantado leer sobre el origen del kitsch y también la reflexión final. Me ha recordado a los dibujos de una mujer encerrada en un psiquiátrico que tenía pocos objetos a su alrededor y le gustaba dibujarlos, casi siempre eran tazas, platos, cucharas. Curiosamente otra mujer en las mismas condiciones tejió con hilo de algodón una vajilla igual a la que tenía antes de ser ingresada, luego se tuvo que desprender de sus objetos personales.
ResponderEliminarMe gustaría leer los artículos de los que hablas, en especial el primero, ¿me podrías decir de quién es o dónde puedo conseguirlo?
Un saludo!