Reflexiones en las fronteras de la cultura y la ciencia, la filosofía y la literatura, la melancolía y la esperanza
jueves, 31 de diciembre de 2009
Los avatares de la vida
Me quedo perplejo como el avatar de James Cameron cuando leo la crítica que le dedicó uno de los exquisitos críticos de El País a Avatar: a) no hay historia; b) es una película militarista; c) todo son efectos visuales. And so what?, supongo que respondería el antiguo camionero que fue Cameron. Simone Weil dijo lo mismo de La Iliada y eso no la impidió traducirla con pasión. Que haya historia o no es algo quizá interesante en una película, pero no necesariamente definitivo: me pregunto si el exquisito crítico diría lo mismo del cine de Jaime Rosales o de Stalker, por citar dos casos en los que la historia resbala por la película, es solamente anécdota. Respecto al militarismo todo es muy opinable. Supongo que es militarista respecto a ciertos iconos y estereotipos. La sombra del guerrero es militarista (el viejo Kurosawa era militarista, además de ecologista). Banderas de nuestros padres y Cartas desde Iwo Jima son militaristas (el viejo Eastwood es militarista).
James Cameron no es sutil, es cierto: hace películas como un camionero. Y sin embargo ama las imágenes como quien ama los espacios abiertos. Le importa más que la pantalla se llene de sueños que de ideas. Abyss fue uno de los ejemplos, Alien II, otro. Por cierto: On film, una introducción a la filosofía magnífica del filósofo cavelliano Stephen Mullah, está basada en las cuatro películas serias de la serie Alien. Animo a quien pueda a que use (yo lo hice en tiempos) este libro, y esta serie, para pensar los principales problemas filosóficos: la identidad, la tensión naturaleza-cultura, los dilemas morales, el fracaso de los fuertes, etc.
Avatar vuelve sobre viejos fantasmas que estaban ya en la serie Alien: la imagen tecnológicamente preparada como formato para soñar sobre nuestros propios estereotipos. Se acerca, entra de hecho, en la estética ciberpunk: Dan Simmons (Hyperion), por ejemplo.
En fin, supongo que no es distribuida, ni producida, por empresas afines, ni pertenece a los cuadros/cuadras de directores, etc. exquisitos de ciertos medios. Al fin y al cabo es la película de un camionero.
Vaya. Un blog es como un graffiti: no se le pueden pedir muchos argumentos, ni sutilezas, ni poco más que brochazos. Me quejo ante mí mismo por no alcanzar a ser más que impresionista/expresionista, por no emplear las palabras para matizar las ideas. Pero me digo que hay otros medios para hacerlo.
Me ha hecho levantar de la cama para escribir sobre Avatar la preocupación por ser malentendido respecto a mis últimas preocupaciones sobre los avatares de la vida, sobre la vida como resultado de avatares. Mi avatar me dice que no matizo bien. En su mundo todos los matices importan. En esta pared electrónica solo puedo pintar un par de frases.
Pero os invito a sumergiros en los azules de Avatar:
Creo que esta película estaría entre las mejores de la historia si se hubiera estrenado hace una década (ya que Cameron ha estado trabajando en ella cerca de 14 años) sin embargo, a dia de hoy se considera y considerará como una simple película más para algunos, con millones de efectos especiales y con un argumento simplón.
ResponderEliminar¡Un saludo!
Creo que esta película estaría entre las mejores de la historia si se hubiera estrenado hace una década (ya que Cameron ha estado trabajando en ella cerca de 14 años) sin embargo, a dia de hoy se considera y considerará como una simple película más para algunos, con millones de efectos especiales y con un argumento simplón.
ResponderEliminar¡Un saludo!
Yo también la he visto y creo que temas hay varios, se desarrollan muy sutilmente y sin profundizar, pero los deja caer y cada cual toma lo que mejor le conviene. La idea de que un poco todos en la vida rutinaria no podamos hacer lo que queramos, como queramos y con los resultados que deseamos nos hace "incapaces" de triunfar. Somos como el protagonista en cierto modo. Algo nos impide hacer la vida que queremos.
ResponderEliminarSoñando o usando un avatar (nosotros usando 2 life o algun juego parecido) podemos ser un verdadero ganador en una vida hecha a medida en un lugar ficticio.
Cuantos preferirian quedarse en el otro mundo siendo una persona "perfecta" o lo mejor que podamos ofrecer con una imaginación sin limites??????
Creo que sabiendo que uno puede decidir ser mejor, aunque sea usando un avatar, es siempre un triunfo puesto que ya sabe que el limite no existe. No por nada siempre han existido las mascaras!
A mí me parece que le ha salido una película sin alma. Es como cuando cojo una receta de mi abuela, y aun con los mejores ingredientes y utensilios de cocina, me sale un churro. Los efectos digitales sólo me conmueven cuando son abiertamente excesivos, como en las películas fantásticas de animación. Las películas que intentan parecer demasiado reales siempre me resultan algo falsas.
ResponderEliminarLa película tiene una primera parte que resulta estremecedora. Ese vértigo que produce un nuevo cuerpo, lo desconocido, la naturaleza salvaje y peligrosa.
ResponderEliminarDespués la historia de amor resulta previsible y cansina, los personajes se quedan muy superficiales. Si bien es cierto que no es necesaria la anécdota y que hay películas muy brillantes que son puro nudo, el nudo en esta película deja de ser atrayente cuando el personaje controla completamente ese nuevo cuerpo. No sólo el cuerpo del avatar, también los cuerpos de los animales de la selva. Me dejó de interesar.
Claro porque la lucha por conseguir algo se vuelve inexistente cuando el control es total. Ahí se pierde el interés. Una vez que se consigue o se tiene lo deseado, se suele perder ese afán e interés y el deseo o curiosidad se va a lo "desconocido" o "novedoso".
ResponderEliminarEn la película, ciertamente, una vez que se ha hecho con el juego por completo, no hay ningún interés en saber qué va a pasar, ya que humanos no hay, el amor está en el bote y se ha hecho el jefe. Digamos que ha completado los niveles del juego y además con extra bonus!
La cosa es...y ahora que?
Dónde está el límite del deseo, de la imaginación en inventar algo "desconocido" que siempre llame nuestra atención??
Cameron es, desde Alien, uno de mis cineastas preferidos. Supo, en esa película narrar perfectamente el miedo del ser humano a lo desconocido, a lo diferente. No vemos a las crias del alien como bondadosos seres sino como peligrosos enemigos. Por eso nos alegramos cuando la teniente Cameron los fulmina, siempre con la ayuda de la técnica, la technes, un maltrecho ciborg...
ResponderEliminarSobre ciborgs, qué mejor que leer "Homo Plus" de Frederick Pohl. La historia es sobre un hombre al que adaptan su cuerpo para poder resistir la inhumana presión de Marte...
Y así llego a que yo sí creo que esta es una gran película: por las metáforas que contiene desde su concepto. Un ejército humano que, con la ayuda de la technes -metáfora del mal entendido ingenio humano- se adapta a un mundo alienígena. Se sabe que la chica ya está ganada, que el humano triunfará... pero esa es sólo la vieja idea de que la vida nos da oportunidades para ser diferentes, oportunidades sinceras, no artificiales, de sentir la verdadera pulsión de estar vivos. Y es que el verdadero ingenio está en el aborigen australiano, en el indio americano, en los aborígenes del Amazonas... es ese ingenio que les hace respetar el medio en que viven, pues más que ganar, la verdadera lucha consiste en sobrevivir y dejar un mundo muy cercano al estado en que nos lo encontramos o con más recursos, para que pueda disfrutarlo nuestra progenie.
Sobre Dan Simmons y su Hiperion, etc, creo que es más una metáfora sobre la religión y sobre la cultura y una también una revisión con adaptaciones varias del tema de alien, sobre el terror existencial
Perdón, rectifico muchas cosas de mi comentario. Cameron no es el director de Alien, sino que lo es Ridley Scott. Dirigió la saga de Terminator. La teniente que protagoniza Sigourney Weaver en Alien se llama Ripley. Otras correcciones: donde dice technes debe decir teknes y donde Hiperion, Hyperion. Disculpas
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