martes, 7 de octubre de 2008

La luz tras la niebla

Hay veces en las que el paisaje desaparece tras una niebla de desesperanza. Las razones son múltiples y en estos días no es difícil encontrarse con alguna. Pero también es cierto que en la niebla hay una luz especial que no tienen los días luminosos y que hace que nuestra atención se fije más en las cosas. En estos días en los que el frío sale de dentro afuera conviene recordarse las cosas importantes, el por qué estamos aquí y el valor de lo que hacemos. Este texto de John Dewey quizá es un buen lugar al que subirse para mirar: "He dado aquí -dice (perdonad la apresurada traducción)- un test de primer orden acerca del valor de cualquier filosofía que se nos ofrezca: ¿acaba en conclusiones que cuando refieren a las experiencias vitales y a sus propiedades las vuelven más significativas, más luminosas y hacen que nuestras relaciones con ellas sean más fructíferas?, o ¿ terminan volviéndolas más opacas que lo que eran antes, privándolas de la realidad e incluso del significado que parecían tener?" (Experiencia y naturaleza). Y, sí: me parece que es una buena razón para escribir y pensar: dar luz y significado a nuestras experiencias, darles la realidad que necesitan para respaldar nuestra vida. Porque, al fin y al cabo, la riqueza de la vida es la amplitud de las experiencias y la imaginación de lo posible. Las dos cosas van o caen juntas. Una vez más, Ermanno Olmi (podría haber sido Antonioni, pero esta vez ha sido Olmi) me recuerda como Dewey esas cosas esenciales. Su película El árbol de los zuecos, premio en Cannes en 1978, casi un documental sobre la vida de unas familias de jornaleros en la Lombardía de finales del XIX, recorre esas zonas esenciales de la vida humana que se dan incluso o quizá sobre todo en la pobreza: la compasión, la resistencia, la fuerza de la vida. Cuando el arte y la filosofía comienzan a ilusionar, esos finos lazos con lo importante de la existencia están claros y constituyen lo que nos ata al pensamiento. La progresiva sofisticación cultural los corta a veces y termina haciendo de la cultura un juego más de este mercado de jugadores que quieren triunfar. Volver a pensar la riqueza que existe en la pobreza: como Olmi, como Antonio Gamoneda, como Ray Carver. Volver a pensar lo esencial de la realidad: son las luces en la niebla.

1 comentario:

  1. Hola!, me gusta este comentario, no he tenido tiempo para escribirte, pero ya prestaré más atenció, un abrazo, Álvaro

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