miércoles, 4 de febrero de 2009

Los simbiontes de Cascorro

Dejé hilos sueltos por mi cabeza en la última entrada y mejor los anudo ahora antes de que se desvanezcan. Vuelvo sobre esos seres creativos que logran sobrevivir cuando el resto ha agotado sus esperanzas: simbiontes como los que habitan durante el día la Plaza de Cascorro, con sus viejas furgonetas esperando un encargo de guardamuebles, un traslado de estudiantes, un viaje a por el sofá de la abuela, el traslado del aparador barato desde el centro comercial. Los recordé al oir la irritada respuesta a una pregunta de una entrevistadora por parte de un transportista tradicional acerca de esos "piratas" del transporte. Sí, vale, no voy a hablar a favor de la economía sumergida, no se trata de eso, sino de la supervivencia y creatividad sumergida: mientras respondía amenazante, la cámara nos mostraba a unos transportistas a las puertas de los centros comerciales ofreciendo sus servicios. No había otros más que ellos. Los centros comerciales son ahora nuevos espacios, es algo notorio, pero también lo es la carencia de servicios. La economía oficial aún no ha descubierto esas explanadas de cemento. Los simbiontes sí: saben que allí hay una necesidad y se ofrecen a cubrirla. Hacen innovación sin un sistema nacional de i+d+i. No necesitan tecnología punta: su inteligencia les sobra.
El ruido de las emisoras y los comentaristas sobre la crisis es estridente y ensordecedor. Gritan los números, las estadísticas. Hay que esperar sin embargo a las llamadas de la gente para informarse de algo. Porque cada caso nos señala con mucha más claridad lo que pasa que la adición a los índices abstractos. Es entonces cuando sueño con simbiontes.
Los simbiontes se hacen visibles cuando la oscuridad se cierne sobre la ciudad: son los pocos que iluminan las salidas. Se me ocurre que las cosas aún no deben estar tan mal cuando no hay sentido de emergencia. Aún no sabemos, por ejemplo, qué salario reciben los periodistas estrella que claman contra la crisis; aún no sabemos qué ocurre con los capitales que escapan al control de todos los gobiernos; aún no sabemos cuáles son los recursos con los que contamos. En situaciones de emergencia necesitamos una mirada de simbionte para hacer inventario de nuestras posibilidades: qué tiempos y qué salarios (ofrezco el mío el primero) podemos empezar a repartir, qué medidas colectivas, qué redes, qué sistemas de solidaridad necesitamos. Cuando la irritación empiece a mostrar sus frutos nos acordaremos de nuestra incapacidad para pensar. Recuerdo la crisis del corralito argentina. Argentina es un país curioso. Está lleno de gente que no confía en el gobierno. Cuando las cosas van mal se irritan muy rápidamente, pero también se organizan: en unos meses habían nacido comedores colectivos, redes de apoyo social, formas de arroparse colectivamente en el desastre. Mostraron en la práctica lo que la teoría de la acción colectiva señala en la teoría: que en situaciones de catástrofe las masas dejan de ser masas y se organizan en redes de apoyo mutuo; que el miedo se convierte en ayuda voluntaria; que las teorías del egoísmo esencial de los humanos son un invento ideológico para justificar el egoísmo de unos cuantos. Luego, así de frágiles somos, esas redes fueron colonizadas no por los simbiontes sino por los parásitos que pretendieron alguna renta política del hambre: la teoría de juegos también predice esas infecciones. Da igual. No me importan los parásitos, sino la viva luz que emiten los simbiontes cuando las cosas vienen mal.
Cuando paso por Cascorro miro a esas furgonetas con los ojos del discípulo que quiere aprender a vivir de los maestros de la subsistencia.

1 comentario:

  1. Hola, Fernando. Te recomiendo la canción "Mi vida de cartonero" (cartonero = especie de simbionte argentino aparecida por generación no espontánea y multiplicada a partir del escenario que refieres) del grupo Attaque 77. Si no te espantan las descargas P2P, la encontrarás fácilmente en Ares o alguno de esos. No es precisamente un regalo para los oídos, pero cuenta algunas cosas acerca de cómo se ve la ciudad y la vida desde esa perspectiva. Saludos y buen fin de semana

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