domingo, 14 de marzo de 2010

La crisis de la racionalidad y la racionalidad de la crisis




Rosa Suárez me sugiere que escriba algo sobre la crisis, la racionalidad y el tarot, la magia y comportamientos similares. Paquita Berrocal observa divertida que en dos calles de Latina, Toledo y Gran Vía de San Francisco, dos agencias inmobiliarias acaban de desaparecer y han sido sustituidas por sendas tiendas de tarot, productos de magia y efectos del ramo de los conjuros. No puede ser casual la coincidencia: estaba escrito que tenía que escribir sobre la suerte y la razón.

A la salida del metro siempre encuentras a alguien que te entrega un papelito: "Maestro de Magia: resuelve tus problemas de amor y trabajo". Y te preguntas que no le debe ir mal al tal maestro si al menos puede pagarse una persona que le haga propaganda, por poco que le pague. Vas a la librerías y con los meses y los años ves crecer la superficie de los expositores de religión y ciencias ocultas y disminuir la de filosofía (me sorprendió hace años que en Estados Unidos los estantes de clasificación de Filosofía estuviesen junto a Religión y Ciencias Ocultas: con el tiempo la costumbre se ha extendido a todo el mundo. Signo de los tiempos).

Tendría que decir: "el lado oscuro de la fuerza se está volviendo cada día más fuerte. Las fuerzas de la luz son/somos más débiles cada día." Siempre fue así: la vida es compleja, las señales son indescifrables, el miedo es el motor más potente de la vida. Habría que hablar sobre la importancia cultural de las emociones, de cómo mutan cuando subimos de escala y pasamos de la persona a la masa, de la vida a la historia, de la anécdota a la causa estructurante. De cómo el miedo se convierte en poder estructurante de la razón. Y cómo entonces deja de ser algo ajeno a la racionalidad y se convierte en uno de sus componentes esenciales: la aversión al riesgo caracteriza a los humanos tanto como el lenguaje, la técnica o la socialidad. Es un signo de especie que hace que todo razonamiento se curve en la búsqueda de señales de lo que habrá.

Hay una interna y profunda conexión entre el tiempo, el poder y el miedo: el poder es tiempo, es poder sobre el tiempo de los otros; el poder es miedo, es la fuerza que domina el tiempo de los otros; el tiempo es miedo, es la conciencia de la vulnerabilidad de la vida. "Todo está escrito", afirma el poder. "Todo está escrito", confirma el miedo. "El tiempo es una ilusión", conviene la mente amordazada que ahora parece liberarse de la rueda de las cosas y soportar su fragilidad.
Aunque pareciera lo contrario, la racionalidad humana está hecha de miedo y de aceptación, de aversión al riesgo y de desesperanzada búsqueda de signos de un túnel que se sabe sin salida. Es la suerte de quienes desconfían de la vida y confían en la suerte. Desde que el mundo es mundo la noche firma un pacto con la muerte. Pero también desde que el mundo es mundo la esperanza y la voluntad se levantan contra el tiempo e imponen una nueva ley que no nace de la naturaleza ni de la racionalidad herida sino de la voluntad de que otro mundo sea posible.

No es casual que las inmobiliarias den lugar a tiendas de tarot, ni que la filosofía ceda su espacio a las ciencias ocultas. Es la vida de la ley: no la ley de la vida. Contra las fuerzas del miedo hay conjuros más fuertes que la búsqueda de signos externos de salida, de brotes verdes. No se asienta la esperanza en mensajes del exterior, escritos en libros ancestrales. La esperanza está escrita e inscrita en las fuerzas de la vida que, también, todos los días desde que el mundo es mundo levantan sus banderas. "Lo haremos", dicen. No esperan la señal externa. Imponen al tiempo su tiempo. Imponen la causalidad de la voluntad a la causalidad del poder. Imponen a la voluntad del poder el poder de la voluntad.

Es otra forma de racionalidad: por suerte, por casualidad, los humanos estamos también dotados además de una racionalidad basada en la memoria de una racionalidad basada en la imaginación y en el deseo. Es la racionalidad que cambia el tiempo del mundo actual en el tiempo del mundo posible. Instalarse en esta otra forma de racionalidad es instalarse en una racionalidad basada en la negación, en decir que no, en escribir signos que nunca fueron escritos, palabras que nunca fueron dichas, mundos que nunca fueron creados. En perder el miedo a la libertad.




5 comentarios:

  1. Un artículo precioso, profesor, que a diferencia de muchos otros que leo, tendré que releer una y otra vez.

    Hay un tal profesor Obutu o algo así que a mí me tiene contra las cuerdas porque, cuando menos lo espero, me coloca un panfleto describiendo sus maravillosas aptitudes adivinatorias. Y, claro, ya a uno le entran las dudas... Luego están las academias -que mira que las conozco y sé de qué pie cojean- pero tb le hacen a uno dudar de si pueden darle a uno más potentes contenidos de los que uno tiene. Después están los panfletos de oro -de eso me libro porque no guardo oro, en particular no creo que tenga ninguna propiedad mágica, si bien su posición en la tabla periódica habla bastante claro de sus maravillas (no se oxida, etc). Pero siempre te queda la publicidad y el marketing: vente al banco de pascual, la seguridad hecha diseño, estoloarreglamosentretodos y punto, y las promovidas por los periódicos -el gobierno patatín, la crisis patatán- y por los desocupados -particularmente ancianos, repitiendo a menudo retahilas incoherentes.

    Bueno, no hace tanto que la filosofía era algo muy parecido: Parménides, Heráclito... la piedra filosofal quitó el sueño a muchos durante mucho tiempo; la astrología y diversos métodos adivinatorios (tarot, runas, posos, vísceras...) han tenido grandes influencias y acólitos incluso en el poder.

    Lo que usted habla sobre el poder de la voluntad podría tener algo que ver con la voluntad de poder. Pero ya vimos cómo en ese caso la historia y el destino humano marchó por el camino más desafortunado y ancestral. Los acólitos del Rhin sacaron a pasear a sus dioses sin ponerles el traje de etiqueta.

    En determinados círculos hebráicos aún se sigue buscando el verdadero nombre de dios, etc.

    ¿Quién puede negar que en el mundo hay una gran variedad de poderes y una gran variedad de mensajes?. Hay quien tiene el oído preparado para unos y hay quien lo tiene para otros. Hay mensajes que llegan con fuerza y se desvanecen rápidamente y otros que parece que no llegan nunca y, cuando empiezan a llegar, lo hacen con una fuerza tremenda. ¿Alguien sabe, por cierto, si terminó de llegar el mensaje de Nietzsche?. Para mí, los tiempos que vivimos tienen mucho que ver con su mensaje.

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  2. Gracias! Para tener esperanza a veces hace falta un poco de discurso que lo argumente (la filosofía también sirve para contrarrestar al miedo :)

    R.S.

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  3. Releí su artículo varias veces, profesor. Es un gran prestidigitador -esto es un elogio :)

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  4. Me sorprendió su artículo porque es la primera vez que observo la facultad de la ilusión (con su doble significación) elevada al rango de argumento. Debe ser que a lo largo de la filosofía -al menos en lo que yo conozco- ningún grande ha logrado ver algo así, a diferencia de personajes como Frodo en el Señor de los Anillos, donde probablemente usa arengas similares con sus tropas.

    Habla usted a menudo del fascismo, y argumentos como este me recuerdan a la forma en que se hacían las cosas en esa época, donde venían a defendernos a capa y espada nuestra hermana, la madre y el vecino, y cuidado del que dijera algo en nuestra contra.

    Como dije en uno de mis comentarios, el pensamiento es para mí probablemente lo más noble y alto que tiene el ser humano, y para mí empezar a competir en las grandes plazas -o sea a nivel mundial o en la historia- exige lo primero objetividad, lo segundo originalidad y por último efectividad.

    Personalmente prefiero estar sometido toda la vida a una fuerza justa que vivir con libertad sabiendo de la injusticia e incapacidad de mi propia fuerza. No es eso tener miedo a la libertad sino tener la capacidad de, objetivamente, conocerme y poder decir al final de mi vida que no la he perdido por culpa de mi soberbia ni he enviado a nadie a perder su vida por no estar preparado suficientemente para ella.

    Me pregunto qué habría sido de Descartes y de la humanidad si hubiera escrito su Discurso antes de descubrir el "cogito ergo sum", o de Einstein si no hubiera esperado a la brillante intuición que conjuntaba toda su teoría de la relatividad. Efectivamente esas palabras que usaron para sus teorías nunca antes fueron dichas, pero para poderlas decir, primero tuvieron que estar preparados para escucharlas y segundo, tuvieron la suficiente humildad de tomar al vuelo esas intuiciones, darles forma y reconocer que no existían hasta que se presentaron ante ellos.

    Espero que con esto no se me acuse de matar a la esperanza -que es lo único que nos queda cuando estamos solos y perdidos en medio del océano y que está basada en la ilusión pero sobretodo en la fe y también en el miedo, claro que sí- sino que se observe con ello que lo falso es el camino que no debemos seguir sólo porque no veamos una senda, y que es mejor dedicar el tiempo a conocer el aspecto de la verdad para que cuando una verdadera solución aparezca ante nosotros con la apariencia que sea, sepamos cogerla al vuelo, darle forma y construir algo verdaderamente util con ella

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  5. Gracias por el regalo de su pensamiento y de su escritura. Gracias.

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