miércoles, 16 de julio de 2008

El sueño del replicante

Los replicantes de Blade Runner sueñan con unicornios. El unicornio, es sabido, representa la pureza: sólo pueden ser vistos por almas puras. Me intriga la pureza como un ideal que ha configurado las sendas modernas. Me suscita la pregunta la lectura veraniega de Michel de Certeau: La fable mystique (gracias, Carlos, de nuevo, por la recomendación) en donde examina escritos místicos barrocos con la mirada compasiva de quién se toma en serio la experiencia humana por extraña que sea. Y si uno examina los escritos de los epistemólogos del siglo XX, de los filósofos de la ciencia por ejemplo, verá cuán cercanos están del lenguaje místico barroco (léase un texto filosófico como un libro de espiritualidad barroca. El disfrute está garantizado. Citaría muchos nombres, mucho analítico, pero, para dejarlo claro: Mario Bunge ). En su ideal de pureza, claro, en ese metodismo que convierte la experiencia corpórea en una aspiración a lo absolutamente ausente. Se han pensado los filósofos (todos, también los epistemólogos, mucho más los estetas) como guardianes del ideal de pureza correspondiente: la verdad, la belleza, ... No tiene importancia, son signos de un tiempo en el que se creía que había que proteger una frágil flor contra los enemigos (la ciencia, el arte). Me intriga más esa forma de entender la experiencia humana del conocimiento o del arte como una aspiración heroica y sacrificada a lo puro. Obsérvese al científico de éxito: ha sacrificado su vida a la carrera, al lenguaje puro. Quiere llegar al final de su vida, convertido en un senior respetado, para poder escribir de las cosas que siempre le gustaron, difundir sus "profundas" reflexiones, su "visión del mundo", mostar por fin, después de una vida pura, que le ha sido concedido el don de poder disfrutar del arte. El artista hace lo mismo: una vida dedicada al duro trabajo creativo para lograr al final el verdadero conocimiento. Hawkins y Chillida. ¿Qué experiencia del mundo tenemos para pensar a esa gente como ideales de ser humano? Nunca nos fuimos del barroco: el jesuitismo fue al final el vencedor. Seamos compasivos con su aspiración a la pureza: son sueños de replicante.

Qué prosaico es ahora el Nilo en su desembocadura.

2 comentarios:

  1. Podría escribir tanto acerca del tema belleza, pureza, arte... los sue˜õs del replicante!

    Creo que esta lectura podría darte otro punto de vista:
    http://www.vatican.va/holy_father/john_paul_ii/letters/documents/hf_jp-ii_let_23041999_artists_sp.html

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