jueves, 15 de octubre de 2009

Ir y quedarse


Ir y quedarse, y con quedar partirse,
partir sin alma y ir con alma ajena,
oir la dulce voz de una sirena
y no poder del árbol desasirse

arder como la vela y consumirse
haciendo torres sobre tierna arena;
caer de un cielo, y ser demonio en pena,
y de serlo jamás arrepentirse;

hablar entre las mudas soledades,
pedir prestada sobre fe paciencia,
y lo que es temporal llamar eterno;

creer sospechas y negar verdades,
es lo que llaman en el mundo ausencia,
fuego en el alma, y en la vida infierno.


No me atrevo apenas a comentar estos versos de Lope: un canto al exilio como vida, a la vida como exilio, sonido de ausencia, infierno aceptado de un ángel caído que no quiere servir. Pocas veces la poesía desvela una metafísica de la existencia como este soneto que, verso a verso, merece una noche de desvelo y pensamiento.



3 comentarios:

  1. El segundo endecasílabo del primer terceto debería leerse, si mal no recuerdo, « pedir prestada sobre fe paciencia ».

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  2. Las paradojas de eros. el agridulce. El infierno de la ausencia, my friend.

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