domingo, 18 de octubre de 2009

Apropiación indebida de fondos

Tendría que haberlo escrito antes, pero hasta que la revista SinPermiso http://www.sinpermiso.info/ no ha sacado un monográfico sobre ella, no he sentido vergüenza por mi desidia: el premio Nobel de Economía para Elinor Olstrom. Sé que para muchos Olstrom resulta un nombre esotérico, mas para quienes nos hemos ocupado en pensar sobre lo colectivo es un nombre exotérico (común, de fácil intelección). He subido con cuidado las escaleras para alcanzar en el último estante su libro Governing the Commons. The evolution of Institutions for Collective Action, un libro del que aprendí mucho cuando trabajaba en el tema de por qué el conocimiento y las instituciones deben ser considerados bienes comunes y no un mero resultado de equilibrios de intereses privados.
Olstrom habla con la mayor tranquilidad de conceptos como auto-gobierno y auto-organización, recuperando ideas que nos anclan en la mejor tradición a la vez pública y antiautoritaria. Es una economista que estudia cómo es posible el orden social sin autoritarismos, cómo es posible preservar lo común con la conciencia de participación en instituciones colectivas.
En el número de SinPermiso, Toni Doménech, siempre tan lúcido, conecta el Nobel con la crisis de la Universidad. Cierto.
Entre el mercantilismo de quienes creen que la universidad es un servidor del sistema económico, mero formador de cuadros (y cuadras) empresariales, y el cutrerío casposo del homo complutensibus que considera la universidad como propiedad de las aristocracias (es un decir) catedralicias servidoras de la luz sagrada de la Kultur atemporal, la conciencia de sostener las instituciones educativas mediante el esfuerzo colectivo, siempre tenso, siempre dinámico y auto-organizativo, se hace cuesta arriba. No me quejo: me pagan demasiado para tener derecho a la queja, pero doy fe de cuán difícil es.
Olstrom y much@s otr@s ha demostrado que siempre fue así, que la gobernanza de lo común siempre estuvo en tensión con la apropiación indebida de fondos comunes. Una larga historia de pasos adelante y hacia atrás nos hace tan escépticos como voluntariosos. Un Nobel para quienes han puesto en limpio lo que los pescadores de langostas de Maine o los campesinos de Castilla ya supieron hace mucho no es otra cosa que un rayo de luz en la noche de los tiempos.

4 comentarios:

  1. Fernando, tienes que perdonarme porque sé que no es el lugar para escribir esto, pero desde que me enteré de la muerte de nuestro viejo profesor Jorge Perez Ballestar, y el modo en que aconteció, estoy impresionado: http://www.elpais.com/articulo/madrid/hombre/problemas/mentales/mata/cuchilladas/padres/elpepiespmad/20091012elpmad_1/Tes

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  2. Yo no podía creérmelo ni aún puedo. Me impresiona muchísimo.
    Para los lectores que están al margen: Pérez Ballestar fue catedrático de Lógica de Salamanca durante quince años, en los que fui colega suyo. Hace unos días un hijo esquizofrénico le mató a él y a su esposa.

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  3. Disculpa la divagación.
    Un profesor verdaderamente peculiar...sus eternas formalizaciones hacían amenas sus clases ¡paradójico¡, su cadencia de voz...sui generis, inconmensurable vaya.
    ¡Qué muerte joder¡ ¿cuántas muertes horrendas harán falta para que esta España taurina, soleada...de bombo y platillo, decida dar un pellizquito del frondoso erario público para esta problemática que ya canta, chirría.Personas tan mayores se las ven y se las desean con hijos con esta enfermedad y sin ayuda ninguna, bueno sí, una pastillita...yo que sé, uno se averguenza.
    Yo soy ateo, pero como dicen en mi pueblo ¡que Dios le tenga en su santo reino¡.

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  4. Si era peculiar, pero magnífico. Mi recuerdo de él es grato (lo llamábamos Jaruzelski porque recordaba al dictador polaco, pequeño y siempre erguido, detrás de sus gafas de sol). Mario, tu tocayo Benedetti lo dijo de un modo precioso: "porque sigo creyendo que Dios no existe, pero San Pedro si."

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