lunes, 15 de septiembre de 2008

Formas de contar

En la entrevista que le hicieron a Iris Murdoch en la BBC, en 1977, sobre filosofía y literatura (una entrevista interesantísima, que comentaré en otro momento refiriéndome a la filosofía), sostiene IM que los modos de narrar son absolutamente naturales para todo el mundo. Nos contamos continuamente a nosotros mismos y a otros nuestra vida. Lo interesante de las ideas de Murdoch es que cree (y yo con ella) que las formas de narrar, y en cierto modo el estilo, tienen una significación moral: no sólo para el novelista, añado yo, también para cada uno de nosotros. Básicamente hay cuatro grandes metarrelatos: el romance, la comedia, la tragedia y la sátira. En el romance alguien (un héroe, una pareja) se sobrepone a las dificultades del mundo y consigue lo que quiere, que generalmente es algo trascendente que va más allá del mundo cotidiano; en la comedia los personajes se enfrentan a dificultades y continuamente caen y recaen en fallos, pero al final se reconcilian con la realidad, y esta seguridad de reconciliación hace que se tomen las cosas con un humor festivo; en la tragedia ocurre algo parecido a la comedia: la realidad impone sus duras alternativas, pero aquí los personajes se enfangan en las encrucijadas y se condenan a elegir siempre algo que está mal desde algún punto de vista; en la sátira, basada en una forma irónica de narrar, la experiencia cotidiana se presenta "negada" o transfigurada en una suerte de caricatura para indicar la distancia del narrador y lo narrado. Obedece esta forma a una suerte de escepticismo sobre las posibilidades de acción más allá de lo que nos ofrece la vida cotidiana. Se me ocurre que hay temperamentos que tienden a narrarse a sí mismos bajo una de estas modalidades de forma dominante. Claro, mis preferidos, la gente que admiro, son los que ven la vida como comedia. Sólo he encontrado (o casi sólo) a personajes femeninos entre quienes tienden a ver de este modo las cosas. Los personajes de Almodóvar suelen pertenecer a esta categría que describe perfectamente alguna de las mejores personas con las que me he encontrado. Son las personas realmente heroicas: incluso las más duras experiencias no son para ellas sino episodios que darán lugar a una pronta reconciliación con la realidad. Por contra, entre los seres más intolerantes se encuentran las personalidades novelescas que tienden a ver la realidad de forma heroica. La épica es interesante, pero con moderación. Queda la tragedia y la irónica sátira: son las formas que me son más cercanas por temperamento, aunque no sean mis preferidas (nadie me ha preguntó qué temperamento prefería, así que tengo que cargar con el que tengo). La tragedia nos lleva a pensar las encrucijadas de la vida como deseables y temibles a la vez, cualquiera que sea la senda que tomemos; la sátira es la muestra de que ya nos hemos hecho desconfiados de nosotros mismos y nos vemos con cierta distancia.
Mucha de la gente que me es familiar es muy proclive al uso continuo de la primera persona : te cuentan el mundo sólo en tanto que les afecta a ellos y apenas varían en el uso de los pronombres personales: "yo, mi, me, conmigo" abruman en su discurso. La verdad es que no tengo nada en contra por principio, cada uno es como es, y cuenta la vida como quiere o puede, pero me divierte hacer crítica narrativo-moral de cómo nos contamos unos a otros los cuentos de nuestra vida.

1 comentario:

  1. Al V. siempre lo regañan, casi siempre injustificadamente o porque no le prestan atención, por estar describiendo o contando sus dizque hazañas cotidianas, aveces más agridulces que irónicas, de modos o estilos agridulces e irónicos; también es cierto que una de las mejores introducciones logradas en Historiografía o, mejor, Humanidades está en la [ctrl+K] Metahistoria de H. White. Qué bien que no hay correctores de estilo en esto de las narraciones cotidianas, aunque much@s quieran corregir(-nos)(-las). También, sí es muy recomendable el que hay que aprender a ver, contar y vivir la vida desde un territorio cómico, antes que irónico, aunque requiere lo suyo. De hecho, pasó algo 'político', en Rusia, con las güeras: (http://www.elpais.com/articulo/gente/rubias/tienen/propio/partido/politico/elpepugen/20080418elpepuage_4/Tes -lamento el que aquí no pueda editar el enlace.) Bueno, saludos. Ánimo y que nos sea leve: que reír no significa 'ir dos veces', ¿o sí?

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