martes, 1 de septiembre de 2009

La vida en rosa

Mi ciudad de origen tiene una emisora de oldies; pertenece a la COPE, cómo no. De vez en cuando la conecto porque en el coche acompañan mucho las melodías que uno tararea sin esfuerzo. Pero el otro día ocurrió el milagro: en dos sucesivas entregas llegaron estas excelsas obras de la poesía de todos los tiempos.

Raphael cantaba:

Más dicha que dolor hay en el mundo
más flores en la tierra que rocas en el mar
hay mucho más azul que nubes negras,
y es mucha más la luz que la oscuridad.

Digan lo que digan,
digan lo que digan,
digan lo que digan los demás.

Son muchos, muchos más los que perdonan
que aquellos que pretenden a todo condenar.
La gente quiere paz y se enamora
y adora lo que es bello nada más.

Digan lo que digan,
digan lo que digan,
digan lo que digan los demás.

Hay mucho, mucho más amor que odio.
Más besos y caricias que mala voluntad.
Los hombres tienen fe en la otra vida
y luchan por el bien, no por el mal.

Digan lo que digan,
digan lo que digan,
digan lo que digan los demás.

Digan lo que digan,
digan lo que digan,
digan lo que digan los demás.

Y entonces Julio Iglesias:

Unos que nacen, otros morirán;
unos que ríen, otros llorarán.
Aguas sin cauce, ríos sin mar,
penas y glorias, guerras y paz.

Siempre hay
por qué vivir,
por qué luchar.
Siempre hay
por quién sufrir
y a quien amar.
Al final
las obras quedan, las gentes se van.
Otros que vienen las continuarán...
¡La vida sigue igual!

Pocos amigos que son de verdad;
cuántos te alagan si triunfando estás;
y si fracasas, bien comprenderás:
los buenos quedan, los demás se van.

Siempre hay
por qué vivir,
por qué luchar.
Siempre hay
por quién sufrir
y a quien amar.
Al final
las obras quedan, las gentes se van.
Otros que vienen las continuarán...
¡La vida sigue igual!

No podía respirar de emoción: los pesimistas siempre habíamos estado en un error, bien lo sabían ambos. El Eclesiastés tenía razón: nada hay nuevo bajo el sol, siempre habrá más gente buena que mala,...

El resto del trayecto y la mañana dedicada a trámites y compras se me fue ensimismada en preguntas que me suscitaban estas obras cumbres de la metafísica. Yo , que de adolescente había despreciado estos textos como si fueran basura televisiva, resulta que no había reparado en su profundo mensaje.

Comencé a preguntarme por qué estos textos se pegan al cerebro como chicles al zapato. Seguramente la tonadilla tiene su parte, pero,...,y eso empezó a aterrorizarme, quizá hay una oculta veta en nuestro cerebro que desea creer: desea creer esas cosas.

El conservadurismo no es defender a los ricos: eso lo hacen todos, incluidos los gobiernos de izquierdas. El conservadurismo es tener estas letras como textos de ontología primera.


2 comentarios:

  1. A mi me pasa lo mismo. Cuando se trata de textos evocables en verso, y mucho m�s si est�n almibarados con m�sica, tienen todas las papeletas para convertirse en puntos de atracci�n irresistibles que obligan a votar por los mismos en pro o en contra, confundiendo el voluntarismo con la bondad y el conformismo universal. Lo malo es que si se repiten te llevan al hast�o y muestran entonces el vac�o o insuficiencia que encierra el mensaje.

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  2. Desde luego Fernando tú no eres un representante de la pedagogía cero, cómo sabes hacer atrayente la Metafísica con lo soporífera que es en sí misma. Me hubiera encantado que algún profesor de Fª, hubiera traído esas dos piezas... esos dos temazos, a clase, como material didáctico, y como introducción a la Ontología nos hubiera hecho cantarlas al unísono a toda la clase; hubiera sido algo de una belleza inenarrable, no dejo de imaginarlo.

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