domingo, 2 de octubre de 2011

Implantes emocionales

Antes de Inception (Origen) de Christopher Nolan, Asimov había imaginado en su saga de La Fundación la posibilidad de manipulación emocional de los sujetos para sujetarlos a la voluntad de alguien. Aparece un personaje, El Mulo, un mutante que es capaz, primero, de detectar el estado emocional de cualquier persona y, después, de infundir en ella otro estado emotivo asociado a algún estímulo (una persona, una clase de acciones, ...) de  manera que se crea un reflejo condicionado tal que la conducta futura queda determinada por la reacción emocional. Mucho antes, Ignacio de Loyola había desarrollado la técnica de los ejercicios espirituales con el objetivo de contrarrestar unas pasiones con otras y desarrollar caracteres.  La manipulación emocional ha sido en realidad la forma básica de la educación pues cava hasta estratos mucho más profundos de la personalidad que la manipulación cognitiva.
Hoy se ha extendido la idea de capitalismo afectivo a partir de los análisis de Toni Negri, para indicar que las formas de subordinación ya emplean menos las estrategias disciplinarias del miedo y mucho más las de las potencialidades del deseo a través de numerosos mecanismos de manipulación emocional. Eloy Fernández Porta ha explicado con mucho sarcasmo e ingenio el desarrollo de estos dispositivos de producción de afectos en Eros. La superproducción de los afectos, sobre todo en la cultura visual y mediática. Esta línea crítica se basa en la idea de que la sociedad de consumo y las nuevas formas de sujeción de los trabajadores se establecen a través de estas técnicas del yo.
Bueno, sí. Me parece una análisis aceptable pero aún superficial y demasiado dependiente de las ideas de Foucault sobre las prácticas discursivas: nos deja con tantas preguntas nuevas como con respuestas a preguntas que no habíamos hecho. Al final todo se reduce a explicar que las formas de biopoder se sustentan (también) sobre manipulaciones emocionales. Pero como todo es biopoder también todo es manipulación emocional.
No tengo una idea propia elaborada (sigo en ello), pero creo que deberíamos excavar más en la idea de que ciertos procesos culturales tienen la forma de implantes emocionales que crean una distribución estable de los afectos y que esta distribución es parte esencial de la estructura social. La estrategia del "amigo-enemigo" que   caracteriza la forma política contemporánea es un ejemplo de un sistema de implantes emocionales que ordena toda nuestra vida social, desde el ordenador que elegimos al equipo de fútbol que nos define.
Hemos pensado las categorías sociales en términos de propiedades externas, y probablemente tenemos que empezar también a investigar cuáles son los mecanismos por los que en los sujetos contemporáneos se realizan implantes emocionales que definen las trayectorias futuras.
Tengo que pensarlo más. Si a alguien se le ocurre alguna idea que ayude tendrá la recompensa de mi agradecimiento y reconocimiento.

1 comentario:

  1. Ya Ehrenburg & Powdermaker describieron con atino los mecanismos de la "Fabrica de sueños". Son casi cien años implantando "frames" - Lakoff -emocionales que han conformado el subconsciente colectivo occidental. Con la TV después y la Red ahora el mecanismo funcional es omnímodo...¿ Quién se libra de ña conmoción universal urbi et orbi de San Steve Jobs?; ¿quién puede zafarse de la infección kitsch ora pro nobis de la JMJ agosteña?...¿quiénes osan excretar de sí la "vida en serie" -Lynch- como auténtico sustitutivo onirico de este caliz oneroso de la "crisis"...
    ¿No es esta, la CRISIS, la más perfecta de las Tecnologías del Yo inoculadas hasta nuestros tuétanos.... ¡Miedo, pánico! ...¡¡¡Oh Mariano salvanos!!!

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