lunes, 22 de febrero de 2010

Otros cuerpos

A veces hay que contar las cosas, cuando las explicaciones son difíciles de dar o de encontrar.

Vengo de dar una de mis tres clases en una asignatura complementaria de Humanidades titulada "Tecnologías apropiadas". La iniciativa es de un grupo de ingenieros sin fronteras, muy militantes, de la escuela de industriales de mi universidad, que se pasan los veranos colaborando en sistemas hidráulicos para países africanos y que están obsesionados por difundir el trabajo que falta por hacer de diseño de nuevas tecnologías sólo en apariencia "débiles". Más del sesenta por ciento de los alumnos eran de Economía, jugaban con los móviles, hacían cuentas, discutían sobre fútbol. En algo me he equivocado: suelo dar bien las clases y enganchar a la gente. Me proponía contarles que lo de "apropiadas" no es para que crean que hay que llevarles el mensaje a los negritos (con perdón), sino que es un problema de cómo pensamos las relaciones entre justicia y tecnología, y de cómo queremos re-diseñar el mundo. Les planteé: empecemos por este aula, por este grado, por esta universidad. Como si lloviera. Salí más o menos derrotado, más que menos. Les pedí que, por favor, se fueran todos los cazadores de créditos, que yo les daba la asistencia por cumplida. Ni por esas, sólo algunos más cínicos lo hicieron. Sé que es culpa mía, que quizá no pensé ni expliqué bien mi problema.

Llego a mi ordenador y me encuentro con el anuncio que viene más abajo de un seminario sobre "El problema conceptual de otras mentes", de la Sociedad Aristotélica.

Demasié. Too much for me.

Me plantea problemas serios sobre mi identidad profesional. Ya soportaba mal que hubiese un problema conceptual de otras mentes, una herencia imbécil de la filosofía cartesiana. Pero no acabo de asimilar que haya un problema conceptual de otros cuerpos.

Después de tomarme una cerveza, contar cien y respirar lentamente propongo varios seminarios posibles:

El problema corporal de otras mentes

El problema mental de otros cuerpos

El problema mental de otros conceptos

El problema corporal de otros conceptos

¿Alguien se apunta?: tomémoslo como un "Call for papers".






THE ARISTOTELIAN SOCIETY

Second term of the 131st Session, 2009-2010

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TODAY - Monday 22 February 2010, 4.15 pm

The Conceptual Problem of Other Bodies

Joel Smith, University of Manchester

The meeting will be held in room G22/26 on the ground floor of the South Block of Senate House, University of London, Malet Street, London WC1E 7HU.

Admission is free and open to the general public.

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The full programme for the 131st Session is here.

Membership and other enquiries should be directed to the Executive Administrator. Alternatively please visit our website where the programme is available and online subscriptions can be made.

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*REMINDER*

2010 Joint Session of the Aristotelian Society and the Mind Association

University College Dublin

9th - 11th July

The Joint Session is the annual conference of the Aristotelian Society and the Mind Association. It is the largest and primary conference for philosophers in the United Kingdom. There is a wide subject base and international speaker profile.

The deadline for submissions for the Graduate Sessions and the Open Sessions for the 2010 Joint Session is now 1 March 2010. Please click here to view the Call for Papers.

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Mark Cortes Favis

Executive Administrator

The Aristotelian Society

Stewart House, Room 281

Russell Square

London WC1B 5DN

www.aristoteliansociety.org.uk

mail@aristoteliansociety.org.uk

+44 (0) 20 7862 8685

8 comentarios:

  1. Fernando, tus clases a mí me engancharon y eso que de filosofía no tenía ni idea. Y más que eso fue por cómo explicas y piensas, y sobre todo, los temas que te interesan.
    No creo que sea un problema tuyo porque eres de los mejores profesores que he encontrado en mi vida.
    Y de hecho aquí estoy pensando la historia de la escenografía en clave "donde está el límite de la creatividad" del hombre para tus clases.

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  2. Estoy de acuerdo con Agatarco. Recuerdo que el año pasado varios alumnos de lógica no se callaban y les llamaste la atención varias veces, en vano. No es culpa tuya: los cazadores de créditos incordian (y mucho) en todas las asignaturas en las que se plantan, de la más interesante a la más absurda. Que a ti te choque que en una determinada sesión no se hayan enganchado significa que generalmente consigues lo imposible. Y el problema conceptual de otros cuerpos debería de darte risa, no afligirte. A muy poquitos metros de donde se celebró la conferencia que nos enseñas (casualidades de la vida) el otro día tuve que aguantar durante una hora que un renombrado profesor se preguntara, a propósito de Heidegger, si los zapatos del campesino que pintó Van Gogh eran del mismo par o de pares diferentes. Allí nadie se atrevió a charlar de fútbol con el compañero, pero te aseguro que si alguien hubiera sacado el tema yo me habría unido alegremente.

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  3. (Y eso que el fútbol apenas me interesa.)

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  4. Animo, profesor. Yo no soy estudiante suyo pero sus artículos me tienen enganchado. Le aseguro que para mí la filosofía es la clave para entender muchos otros problemas, problemas actuales como los presentes en sus libros.

    De la filosofía han nacido muchas ciencias y los grandes progresos de la humanidad han sido precedidos de avances en las concepciones del mundo promovidos por la filosofía. No se puede inventar siquiera una rueda si anteriormente no se tiene determinados conceptos. Cuanto más necesitamos el progreso y desarrollo de ideas y conceptos en un mundo tan dinámico y complicado como el que vivimos. Se lo digo como ciborg de primer orden :D

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  5. Con mis disculpas anticipadas, profesor, pero creo que sus colegas británicos dedicarán parte de sus sesiones a salir un poco para hacer prácticas.

    No, en serio, tiempo ha ya me preocupaba el que parece que la filosofía anglosajona anda algo perdida. Llaman a la filosofía creo que es teoría o historia de las ideas. Bien, es cierto que hay un problema en la separación de las res descartianas que en teoría parece insolucionable. Sin embargo Espinosa ya aporta mucho a este problema con su Etica. Usando las enseñanzas de este libro podría haber interesado a esos otros cuerpos -ingenieros- que asistían a sus clases sin estar conectados mentalmente a ellas

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  6. Buenas, Fernando , te tuteo porque, si bien es la primera vez que escribo, fui alumno tuyo en Salamanca, y ya desde entonces nos acompañamos.
    En primer lugar, gracias por compartir las sensaciones -límites desde este "solipsismo-docente" (que ya me gustaría a mí que hubiese compartido Descartes para que se le cayeran los palos del sombrajo(=glándula pineal incluida)).
    No obsta, sin embargo, por darle vueltas al asunto:¿cómo enganchar?¿a quiénes? ¿para qué?...
    ¿Nos preocupa, quizás, porque ese reflejo que nos devuelven es la imagen desvaída de "mi " identidad( profesional en este caso) y no nos gusta?
    No sé si me explico.Aquí lo quedo.Mañana más.
    Otra vez, agradecido por "tus" preguntas .

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  7. La cosa está torcida, por no usar otro participio que rima.
    He tenido la oportunidad de trabajar con chavales muy jóvenes, de 17 a 20 años en su mayoría, en una macro empresa que se dedica a cosas aburridas y feas. (El paro del humanoide tiene estas cosas, que hay que sobrevivir y acabas haciendo lo "que haiga, oiga" que hay que paga el alquiler).
    Da miedo. Apenas les saco 8 o 9 años y me dan miedo. Puede que me esté convirtiendo en una cascarrabias, pero tengo la sensación de que a muchos chavales no les interesa nada. Y hay un porqué supraestructural.
    Para estos chicos pensar el mundo en términos políticos es de "hippies raros", usar la palabra "término" es una excentricidad. Para muchos "debatir" es lo que hacen los "tertulianos" de la televisión del des-corazón. Justifican los despidos masivos que afectan a sus compañeros (¡Sus iguales! ¡gente que tenían sentada a su lado!) porque "la empresa" también pierde dinero y algo habrá que hacer, eso sí, llaman a los sindicatos porque les molesta el aire acondicionado. Trabajan en condiciones requeteprecarias, sin saber lo que significa la palabra "convenio", y todo esto mientras estudian y viven con sus padres, porque trabajan con el único fin de comprarse el mismo día que les llega la nómina esas zapatillas deportivas de precio desorbitado que mamá no les puede pagar porque igual, la mujer, está fregando suelos.
    Muchos de estos ex-compañeros míos de curro, estaban en la universidad. Había gente de ADE, de economía etc. Hablaban de los profesores que más les gustan porque "dictan bien los apuntes". -Terrible cita literal-. Uno estaba desesperado porque su profesor de constitucional no dictaba, ni siquiera había recomendado un manual o un código y sólo "contaba cosas en clase". Yo pensé -¿será por códigos de constitucional?- y le contesté: Bueno, pero ¿tienes el temario y la bibliografía? ¿por qué no vas a la biblioteca y haces tu propios...?. No me dio tiempo a terminar la frase. El grupito de chavales se volvió a mirarme a la vez como si tuvieran delante a una marciana con tutú.
    Yo me desesperé. Tuve una crisis existencial transitoria. Pensé: En unos años, estos chavales serán mis jefes. El mundo de aquí afuera (al otro lado del muro de la universidad) es así, y ya lo tengo claro. El licenciado en humanidades sirve para muchas cosas, pero fuera no se sabe, la estructura económica pide otra cosa y pocos tendrán acceso a puestos de poder. Así que, como decía, esos chicos serán mis jefes. Séran los que decidan cómo se reparte la riqueza, a quienes se da o no una hipoteca, serán quienes seleccionen al personal de las empresas, quienes decidan qué dinero se llevan las editoriales, y quién, en definitiva puede sentarse a jugar al monopoly occidental.
    Me estremecí. El opio, el pan y el circo funcionan. Y pensé: Cuántas clases como las de Broncano nos hacen falta.
    Así que yo me alegro de haber dado con un alguien como tú en la carrera. Y ¡Qué demonios! a pesar de tener claro que estoy condenada al mileurismo, estoy encantada de haber estudiado lo que estudié y eso te lo debo a ti y algunos como tú. Así que nada de desanimarse, porque vas calando en muchas cabecitas y eso sí que sirve, si que tiene un "para qué".
    ¡Ánimo!

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  8. laureanoluna@yahoo.esdomingo, 21 marzo, 2010

    No veo que el problema de las otras mentes tenga nada de imbécil.

    El problema de los otros cuerpos me parece un poco menos interesante porque tenemos las mismas razones para creer en la existencia de otros cuerpos que para creer en la existencia de nuestro propio cuerpo: el testimonio de los sentidos externos.

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