Reflexiones en las fronteras de la cultura y la ciencia, la filosofía y la literatura, la melancolía y la esperanza
sábado, 18 de febrero de 2012
El sueño de Helbing
El número de febrero de Investigación y ciencia trae varios informes asombrosos. Entre ellos, la nueva que nos cuenta David Weinberger acerca del Simulador de una Tierra Viva (LES) promovido por Dirk Helbing, físico y titular de la cátedra de sociología de la Escuela Politécnica Federal de Zürich. El proyecto, uno de los seis finalistas del programa Proyectos Punteros en Tecnologías Emergentes y Futuras de la Comunidad Europea, que bajo el eslógan "Ciencia más allá de la ficción", puede ser financiado con mil millones de euros. El sueño de Helbing es construir un modelo que simule la Tierra en tiempo real: que pueda utilizarse para predecir, por ejemplo, las consecuencias de la salida del euro de Grecia o la probabilidad de la próxima gripe aviar. El modelo necesitará una desmesurada cantidad de datos de toda índole, una tupida y extensísima red de informadores y, por supuesto, máquinas adecuadas para este trabajo. John Wilbanks, el vicepresidente científico de Creative Commons apoya el trabajo, aunque sostiene que es mejor cambiar la ideología de un sistema centralizado por un supersistema en red que conecte a través de la red semántica miles de simuladores y bases de datos a lo largo y ancho del planeta.
Sostiene David Weinberger que, de realizarse este sueño, habremos de modificar lo que entendemos por conocimiento. Demasiado grande para ser conocido, dice DW. El simulador trabajará y nos ofrecerá ecuaciones, patrones, regularidades, previsiones. Pero no sabremos de dónde y cómo las obtiene. La "Bola de Cristal", lo llama DW.
El viejo escepticismo sostenía que "no conocemos mientras no sepamos que conocemos". El nuevo escepticismo moderno matiza que "no conocemos mientras no sepamos qué conocemos". El escepticismo contemporáneo afina: "no conocemos mientras no sepamos cómo conocemos".
Estaríamos transfiriendo nuestra agencia epistémica a un macro sistema de computación del que sólo podríamos fiarnos observando lo acertado de sus predicciones. Lo que ocurriría, sin embargo, es que la mayoría de sus predicciones sociales se convertirían en profecías autocumplidas pues el hecho de ser enunciadas produciría efectos en cadena sobre quienes tienen que llevar a cabo las decisiones basadas en tales predicciones.
Estaba releyendo estos días la interesantísima historia de la economía reciente de Philip Mirowski: Machine Dreams. Economics Becomes a Cyborg Science sobre la convergencia de la teoría de la computación del siglo pasado con la economía. Buscaba inspiración para una charla con un título de pie forzado que me me había encargado JO para un curso sobre "Fascinación por lo complejo" en la Facultad de Económicas de la Universidad Autónoma de Madrid. El título me tenía aterrorizado: "Cuáles son los fenómenos en los que la ciencia económica se parece a la astrología". Dirk Helbing me acaba de resolver el problema.
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El número de marzo de "Scientific American" también puede interesarte, aunque sólo explore un camino del laberinto: "La neurociencia de la Identidad":
ResponderEliminarhttp://www.scientificamerican.com/sciammag/?contents=2012-03
¡Muy interesantes los matices sobre las edades del escepticismo!
Saludos
Me pregunto si el modelo de Helbing sería capaz de tenerse en cuenta a sí mismo a la hora de realizar sus predicciones, pues como sugieres éstas repercutirían en decisiones que a su vez generarían nuevas consecuencias que de otra forma no hubieran acontencido. Gracias por toda la información.
ResponderEliminarNo conozco los detalles del invento, pero sí, claro: enseguida saldrán los problemas de limitaciones formales. Si el sistema se refiere a sí mismo como parte del modelo del mundo, tendría que computar sus propias condiciones de éxito, etc..., (o haría como un economista, explicar cuidadosamente ex post por qué no se cumplió lo que predecía)
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